Me he encontrado con el siguiente texto escrito por el popular reformador pakistaní Dr. Israr Ahmad en su libro “La estrategia del profeta para una revolución islámica”* y he decidido traducirlo dada la similitud de la situación con lo que Egipto atraviesa en estos momentos. Maulana Maududi fue también un político del subcontinente que buscaba la reinstauración de la sharia como sistema de gobierno y de vida en general.
“(Maulauna Maududi) él cambio el método que había estado llevando por 6 o 7 años cuando el subcontinente Indio aun no era dividido. Al llegar a Pakistán, se postuló en las elecciones con la esperanza de que la gente votara y así pudiera formar un gobierno islámico. Cuando formemos el gobierno, cambiaremos el sistema por completo. Cambiaremos el sistema de educación, los medios, el sistema económico. Cuando todos los medios de comunicaciones de masas estén a nuestra disposición entonces podremos empezar el cambio de mentalidad y educacional a través del entrenamiento de la gente. Así aparentemente, todo su argumento parecía viable y e impecablemente lógico. Eso es como decir: amarrándole una campana al gato en el cuello, solucionará el problema de los ratones. Sin embargo, cuando el espejismo del éxito apareció enfrente de él con los resultados de las elecciones, encontró un profundo fracaso dado que las personas ahí no estaban preparadas. Hasta ese entonces, sólo algunas personas conocían su ideología y su metodología. Pero entonces ¿cómo pudo la mayoría de la gente haber votado por él? Pues sin embargo, uno comete errores y uno se enfrenta al fracaso debido a esto, pero si un error es hecho con sinceridad y buenas intenciones no hay reducción en la recompensa en la vida que viene”
En el mismo libro, igualmente cuenta los fracasos de otros movimientos y es interesante notar que hay ciertos factores comunes que parecen haber sido la causa de sus derrotas. Si bien al final del día es un asunto de ijtihad, también parece ser uno de paciencia para permanecer precisamente constantes en esa ijtihad sin sucumbir a las presiones de las necesidades a corto plazo. Pareciera en algunos casos que se perdió de vista que el califato no es el objetivo último de nuestra dawah, sino el yannah; y que sobre el número de simpatizantes conseguidos prevalece en importancia la obligación de traer a la gente a la obediencia a Allah. Es importante entonces no dejarnos presionar por lo apremiante de nuestra situación y salirnos de la desobediencia de Allah. Esta es la lección de quienes ya en el pasado recurrieron al tagut de la democracia, pusieron su fe en él como vía para conseguir un objetivo islámico. Inshaallah aprendamos de esos errores y que nuestra dawah sea integral de manera que la gente vote por la sharia consciente de todo lo que implica y de cómo funciona. El riesgo de no educar a la gente en todos los aspectos del Islam es que algún grupo malintencionado termine aprovechándose de la lealtad de la gente e implementando algo que no sea el auténtico Islam. Quiera Allah que nos ayude a no caer en lo mismo que Bani Israel y que nos castigue como a ellos por ocultar la información.
Hagamos mejor como los salaf que llevaron el din del Islam y lo presentaron como un todo. En la sección de cartas en el libro del Néctar Sellado, se puede apreciar precisamente que Muhammad (sallalahu alehi wa salaam) no transmitió el mensaje incompleto pues de hecho les pedía los emperadores que lo siguieran a él, lo cual obviamente significaba que ellos debían renunciar al poder político que en ese momento tenían. Y precisamente por eso desde los inicios la dawah islámica fue perseguida ya que las implicaciones políticas del Islam atentaban contra el poder establecido, el d los Quraish y de muchos otros. Por otro lado, la historia si se la mira atentamente revela que muchos de los pueblos oprimidos por el imperio Romano dieron su juramento de obediencia y buscaron la protección de los musulmanes precisamente porque el gobierno de los musulmanes era uno justo y diseñado para proveerles también paz y dignidad. Hagamos pues lo mismo entonces, que la gente vea que las soluciones a los problemas de la humanidad vienen todas de Allah porque sólo Él es el más sabio de los jueces.
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*Ahmad, Israr. The Prophet’s Strategy for Islamic Revolution. Markazi Anjuman Khuddam-ul-Qur’an Lahore. 2008. Páginas 53-54.
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Dr. Israr Ahmad (1932-2010) fue fundador del movimiento islámico Tanzim-e-islami que formó luego de separarse del movimiento Yamaat-e-Islami. Aunque adoptó mucho del método de Abul Ala Maududi, su movimiento difirió precisamente en que Tanzim e Islami rechazó la participación en las elecciones de sistemas no islámicos. Pasó 50 años haciendo dawah y tenía un espacio diario en un canal de televisión pakistaní.