26/5/12

Los fracasos de la dawah

Me he encontrado con el siguiente texto escrito por el popular reformador pakistaní Dr. Israr Ahmad en su libro “La estrategia del profeta para una revolución islámica”* y he decidido traducirlo dada la similitud de la situación con lo que Egipto atraviesa en estos momentos. Maulana Maududi fue también un político del subcontinente que buscaba la reinstauración de la sharia como sistema de gobierno y de vida en general.

“(Maulauna Maududi) él cambio el método que había estado llevando por 6 o 7 años cuando el subcontinente Indio aun no era dividido. Al llegar a Pakistán, se postuló en las elecciones con la esperanza de que la gente votara y así pudiera formar un gobierno islámico. Cuando formemos el gobierno, cambiaremos el sistema por completo. Cambiaremos el sistema de educación, los medios, el sistema económico. Cuando todos los medios de comunicaciones de masas estén a nuestra disposición entonces podremos empezar el cambio de mentalidad y educacional a través del entrenamiento de la gente. Así aparentemente, todo su argumento parecía viable y e impecablemente lógico. Eso es como decir: amarrándole una campana al gato en el cuello, solucionará el problema de los ratones. Sin embargo, cuando el espejismo del éxito apareció enfrente de él con los resultados de las elecciones, encontró un profundo fracaso dado que las personas ahí no estaban preparadas. Hasta ese entonces, sólo algunas personas conocían su ideología y su metodología. Pero entonces ¿cómo pudo la mayoría de la gente haber votado por él? Pues sin embargo, uno comete errores y uno se enfrenta al fracaso debido a esto, pero si un error es hecho con sinceridad y buenas intenciones no hay reducción en la recompensa en la vida que viene”
En el mismo libro, igualmente cuenta los fracasos de otros movimientos y es interesante notar que hay ciertos factores comunes que parecen haber sido la causa de sus derrotas. Si bien al final del día es un asunto de ijtihad, también parece ser uno de paciencia para permanecer precisamente constantes en esa ijtihad sin sucumbir a las presiones de las necesidades a corto plazo. Pareciera en algunos casos que se perdió de vista que el califato no es el objetivo último de nuestra dawah, sino el yannah; y que sobre el número de simpatizantes conseguidos prevalece en importancia la obligación de traer a la gente a la obediencia a Allah. Es importante entonces no dejarnos presionar por lo apremiante de nuestra situación y salirnos de la desobediencia de Allah. Esta es la lección de quienes ya en el pasado recurrieron al tagut de la democracia, pusieron su fe en él como vía para conseguir un objetivo islámico. Inshaallah aprendamos de esos errores y que nuestra dawah sea integral de manera que la gente vote por la sharia consciente de todo lo que implica y de cómo funciona. El riesgo de no educar a la gente en todos los aspectos del Islam es que algún grupo malintencionado termine aprovechándose de la lealtad de la gente e implementando algo que no sea el auténtico Islam. Quiera Allah que nos ayude a no caer en lo mismo que Bani Israel y que nos castigue como a ellos por ocultar la información.
Hagamos mejor como los salaf que llevaron el din del Islam y lo presentaron como un todo. En la sección de cartas en el libro del Néctar Sellado, se puede apreciar precisamente que Muhammad (sallalahu alehi wa salaam) no transmitió el mensaje incompleto pues de hecho les pedía los emperadores que lo siguieran a él, lo cual obviamente significaba que ellos debían renunciar al poder político que en ese momento tenían. Y precisamente por eso desde los inicios la dawah islámica fue perseguida ya que las implicaciones políticas del Islam atentaban contra el poder establecido, el d los Quraish y de muchos otros. Por otro lado, la historia si se la mira atentamente revela que muchos de los pueblos oprimidos por el imperio Romano dieron su juramento de obediencia y buscaron la protección de los musulmanes precisamente porque el gobierno de los musulmanes era uno justo y diseñado para proveerles también paz y dignidad. Hagamos pues lo mismo entonces, que la gente vea que las soluciones a los problemas de la humanidad vienen todas de Allah porque sólo Él es el más sabio de los jueces.
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*Ahmad, Israr. The Prophet’s Strategy for Islamic Revolution. Markazi Anjuman Khuddam-ul-Qur’an Lahore. 2008. Páginas 53-54.
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Dr. Israr Ahmad (1932-2010) fue fundador del movimiento islámico Tanzim-e-islami que formó luego de separarse del movimiento Yamaat-e-Islami. Aunque adoptó mucho del método de Abul Ala Maududi, su movimiento difirió precisamente en que Tanzim e Islami rechazó la participación en las elecciones de sistemas no islámicos. Pasó 50 años haciendo dawah y tenía un espacio diario en un canal de televisión pakistaní.

Said Ibn Amir (ra): un salaf en el gobierno.


Said ibn Amir no es un nombre que sea frecuentemente pronunciado o incluso muy conocido por muchos, sin embargo él fue un hombre de tal fe que su historia debería ser contada en cada hogar. Él fue elegido gobernador de Homs en Siria por el segundo califa del Islam Umar Ibn al Jattab (ra). Cuando fue nominado para tal puesto él se negó a aceptarla diciendo “no me expongas a la fitna (pruebas y tribulaciones)”. Pero Umar (ra) le insistió que aceptara diciéndole: “por Allah que no permitiré que me rechaces. ¿Acaso me pones en mis hombros  la confianza y la responsabilidad  del califato para luego negarme ayuda y dejarme gobernar solo? Asi pues Said ibn Amir se vio obligado a aceptar el puesto.
¡Qué contraste con los líderes de hoy! Ellos luchan y se despedazan unos a otros en su deseo por ocupar puesto de autoridad y poder. Pero hay que mirar a los compañeros del profeta (saw) y su falta de amor por el poder, posición y autoridad en este mundo.
La ciudad de Homs fue llamada la segunda Kufa (Kufa en Irak) porque su gente era famosa por inclinación a los motines y revueltas sin fin. Sin embargo dicha gente llegó a amar y a obedecer a Said ibn Amir. ¡En verdad que debió haber sido un gran líder!
Cuando Umar (ra) le dijo que se le hacía raro que la gente de Homs lo amara y lo obedeciera, Said (ra) le dijo: “tal vez me amen porque yo los ayudo y simpatizo con ellos”.
Sin embargo, pronto la naturaleza rebelde de esta gente se aprovecharon de ellos y sus quejas sobre el gobernador llegaron al califa Umar (ra) mientras visitaba Homs. Umar (ra) le pidió a la gente exponer su quejas uno por uno. El representante de ese grupo se puso de pie y dijo: “tenemos cuatro quejas en contra de Said ibn Amir: primero el no sale de su casa hasta que el sol está en lo alto y hace mucho calor; segundo, él no atiende a nadie durante la noche (o sea que no está disponible para nosotros durante la noche); tercero, que hay dos días de cada mes en los que él no sale de su casa para nada; y la cuarta queja es que se desmaya seguido y esto nos molesta a pesar de que sabemos que no podemos ayudarle.”
Al escuchar estas quejas, Umar (ra) se quedó en silencio por un rato, luego calladamente  le pidió  a  Allah (swt) : “Oh Allah, yo sé que Said es uno de tus mejores esclavos. Oh Allah yo te pido que no hagas que me decepcione de él”
Entonces él (ra) mandó llamar a Said ibn Amir para que se defendiera de estas acusaciones. Cuando Said escuchó las quejas dijo: “¡por Allah que no quería que se supieran mis razones pero ahora que se han hecho estas quejas contra mí tengo que explicarme! Primero, la razón por la que no dejo la casa antes del medio día es porque mi esposa no tiene sirvienta así que yo soy quien le amasa la masa, espero a que se “levante”, horneo el pan, hago la ablución y rezo Duha y luego entonces salgo de la casa”.
La cara de Umar (ra) se iluminó y dijo: “todas las alabanzas sean para Allah”
Said ibn Amir continuó, “en cuanto a la queja de que yo no los atiendo por las noches, por Allah que tampoco me gustaría tener que revelar mis razones pero ustedes me forzan a hacerlo. Yo he dedicado el día a la gente y a sus necesidades y reservado la noche para adorar a Allah (swt).”
“En cuanto a la tercer queja de que no me ven dos días al mes, esto es poque no tengo sirviente que me lave la ropa y sólo tengo esta prenda. Así que la lavo y espero a que se seque y justo antes de que se ponga el sol salgo de la casa a encontrarme con la gente”
“Y en cuanto a la cuarta queja de que yo me desmayo es porque yo fui testigo del martirio de Jubaib Al Ansari en Meca. Vi cuando Quraish le cortaban su cuerpo en pedacitos y le dijeron:  “quieres salvarte tú y ver a Muhammad  (saw) en tú lugar? Y él dijo: “por Allah que no aceptaré ninguna oferta de ustedes de ponerme en libertad para que yo regrese a mi familia sano y salvo, así fuera que ustedes me dieran todo el esplendor y los lujos de esta vida a cambio de exponer al más mínimo peligro al profeta (saw), así fuera un mal tan pequeño como la pinchadura de una espina”. Esto paso mientras yo observaba como un incrédulo (aún no había abrazado el Islam) y ahora cada vez que esa escena me viene a la cabeza y recuerdo como me quedé ahí parado mirando como torturaban a Jubaib hasta la muerte y que no hice nada para salvarlo, ¡eso me hace temblar por miedo al castigo de Allah  y desmayarme!”
A esto no había más nada que decir más que lo que Umar dijo en respuesta a su explicación: “¡Alhamdulilah, todas las alabanzas y el agradecimiento es para Allah!”
Qué diferencia, los gobernadores de hoy día viven como reyes, llenan sus estómagos con buena comida mientras la gente está hambrienta, y llenan sus cofres con dinero y piedras preciosas mientras la gente batalla para satisfacer sus necesidades y ellos mienten, engañan y se esfuerzan para retener sus posiciones de poder para poder ¡seguir robando y explotando! SubhanaAllah.
Aprendamos sobre el Islam y sobre la gente que realmente si lo puso en práctica y no permitamos que gente ignorante secuestre y malogre nuestra religión.

Traducción: Una Ummah
Fuentes:
Mohammed Khalid, Khalid. Men around the messenger. Dar al kotob al Ilmiyah. Beirut Lebanon. Pag. 113-118.