Said ibn Amir no es un nombre que sea
frecuentemente pronunciado o incluso muy conocido por muchos, sin embargo él
fue un hombre de tal fe que su historia debería ser contada en cada hogar. Él
fue elegido gobernador de Homs en Siria por el segundo califa del Islam Umar
Ibn al Jattab (ra). Cuando fue nominado para tal puesto él se negó a aceptarla
diciendo “no me expongas a la fitna (pruebas y tribulaciones)”. Pero Umar (ra)
le insistió que aceptara diciéndole: “por Allah que no permitiré que me
rechaces. ¿Acaso me pones en mis hombros
la confianza y la responsabilidad
del califato para luego negarme ayuda y dejarme gobernar solo? Asi pues
Said ibn Amir se vio obligado a aceptar el puesto.
¡Qué contraste con los líderes de hoy!
Ellos luchan y se despedazan unos a otros en su deseo por ocupar puesto de
autoridad y poder. Pero hay que mirar a los compañeros del profeta (saw) y su
falta de amor por el poder, posición y autoridad en este mundo.
La ciudad de Homs fue llamada la segunda
Kufa (Kufa en Irak) porque su gente era famosa por inclinación a los motines y
revueltas sin fin. Sin embargo dicha gente llegó a amar y a obedecer a Said ibn
Amir. ¡En verdad que debió haber sido un gran líder!
Cuando Umar (ra) le dijo que se le hacía
raro que la gente de Homs lo amara y lo obedeciera, Said (ra) le dijo: “tal vez
me amen porque yo los ayudo y simpatizo con ellos”.
Sin embargo, pronto la naturaleza rebelde
de esta gente se aprovecharon de ellos y sus quejas sobre el gobernador
llegaron al califa Umar (ra) mientras visitaba Homs. Umar (ra) le pidió a la
gente exponer su quejas uno por uno. El representante de ese grupo se puso de
pie y dijo: “tenemos cuatro quejas en contra de Said ibn Amir: primero el no
sale de su casa hasta que el sol está en lo alto y hace mucho calor; segundo,
él no atiende a nadie durante la noche (o sea que no está disponible para
nosotros durante la noche); tercero, que hay dos días de cada mes en los que él
no sale de su casa para nada; y la cuarta queja es que se desmaya seguido y
esto nos molesta a pesar de que sabemos que no podemos ayudarle.”
Al escuchar estas quejas, Umar (ra) se
quedó en silencio por un rato, luego calladamente le pidió
a Allah (swt) : “Oh Allah, yo sé
que Said es uno de tus mejores esclavos. Oh Allah yo te pido que no hagas que
me decepcione de él”
Entonces él (ra) mandó llamar a Said ibn
Amir para que se defendiera de estas acusaciones. Cuando Said escuchó las
quejas dijo: “¡por Allah que no quería que se supieran mis razones pero ahora
que se han hecho estas quejas contra mí tengo que explicarme! Primero, la razón
por la que no dejo la casa antes del medio día es porque mi esposa no tiene
sirvienta así que yo soy quien le amasa la masa, espero a que se “levante”,
horneo el pan, hago la ablución y rezo Duha y luego entonces salgo de la casa”.
La cara de Umar (ra) se iluminó y dijo:
“todas las alabanzas sean para Allah”
Said ibn Amir continuó, “en cuanto a la
queja de que yo no los atiendo por las noches, por Allah que tampoco me
gustaría tener que revelar mis razones pero ustedes me forzan a hacerlo. Yo he
dedicado el día a la gente y a sus necesidades y reservado la noche para adorar
a Allah (swt).”
“En cuanto a la tercer queja de que no me
ven dos días al mes, esto es poque no tengo sirviente que me lave la ropa y
sólo tengo esta prenda. Así que la lavo y espero a que se seque y justo antes
de que se ponga el sol salgo de la casa a encontrarme con la gente”
“Y en cuanto a la cuarta queja de que yo me
desmayo es porque yo fui testigo del martirio de Jubaib Al Ansari en Meca. Vi
cuando Quraish le cortaban su cuerpo en pedacitos y le dijeron: “quieres salvarte tú y ver a Muhammad (saw) en tú lugar? Y él dijo: “por Allah que
no aceptaré ninguna oferta de ustedes de ponerme en libertad para que yo
regrese a mi familia sano y salvo, así fuera que ustedes me dieran todo el
esplendor y los lujos de esta vida a cambio de exponer al más mínimo peligro al
profeta (saw), así fuera un mal tan pequeño como la pinchadura de una espina”.
Esto paso mientras yo observaba como un incrédulo (aún no había abrazado el
Islam) y ahora cada vez que esa escena me viene a la cabeza y recuerdo como me
quedé ahí parado mirando como torturaban a Jubaib hasta la muerte y que no hice
nada para salvarlo, ¡eso me hace temblar por miedo al castigo de Allah y desmayarme!”
A esto no había más nada que decir más que
lo que Umar dijo en respuesta a su explicación: “¡Alhamdulilah, todas las
alabanzas y el agradecimiento es para Allah!”
Qué diferencia, los gobernadores de hoy día
viven como reyes, llenan sus estómagos con buena comida mientras la gente está
hambrienta, y llenan sus cofres con dinero y piedras preciosas mientras la
gente batalla para satisfacer sus necesidades y ellos mienten, engañan y se
esfuerzan para retener sus posiciones de poder para poder ¡seguir robando y
explotando! SubhanaAllah.
Aprendamos sobre el Islam y sobre la gente
que realmente si lo puso en práctica y no permitamos que gente ignorante
secuestre y malogre nuestra religión.
Traducción: Una Ummah
Fuentes:
Mohammed Khalid, Khalid. Men around the
messenger. Dar al kotob al Ilmiyah. Beirut Lebanon. Pag. 113-118.