Entre los ateos, los agnósticos e incluso entre algunos religiosos, existe la creencia de que las religiones son opio para los pueblos y que han sido utilizadas para manipular a las masas.
Lo cierto es que al menos el Islam, que muchos de ellos desconocen, enseña que todos los hombres son iguales y con los mismos derechos, y que sólo Allah, el Creador tiene derecho a juzgarnos y a distinguirnos unos de otros.
No es como otras religiones en las que efectivamente si justifican la excesiva riqueza de algunas "castas" sobre otras, o donde sútilmente se promueve la pobreza y la resignación para favorecer la causa de los poderosos.En el Islam no es pecado ser rico, pero si es pecado acumular riqueza y no ponerla a trabajar para el beneficio de los demás.
Otras religiones también llaman a la pasividad, a la indiferencia y al laicismo. Dicen que la política y la religión no se mezclan.
El Islam nos enseña en cambio que al ser humano no le pertenece nada, y que todo ha de volver a Allah. Que así como Allah decide el ciclo de vida de las abejas, o el de las montañas, también decide cuándo hemos de nacer y cuándo hemos de morir. Que es Allah quien decide quienes serán nuestros padres y si hemos de nacer sanos. Él en soledad decide la velocidad de la luz y la distancia entre los planetas, el número de electrones en un átomo de hidrógeno y la temperatura a la que han de brillar los astros. El Islam nos deja ver la verdad como es: Allah es quien legisla, no el ser humano.
Y aceptar que no hay dios más que Allah implica entonces que el ser humano no debe postrarse a nadie más y sólo a Él, que no ha de seguir las leyes de ningún otro mortal, sino sólo las de Él.
Son precisamente este tipo de enseñanzas las que hace ya más de 13 siglos los Quraish percibieron como una amenaza a su poder político y económico entre los árabes.Seguro que les pareció un acto extremo predicar que todos los hombres son iguales y que no han de postrarse ante ningún otro ser humano, y que sólo han de vivir bajo las leyes de Allah. Por eso fue que se acercaron al profeta Muhammad (saw) a sobornarlo primero y luego a intentar asesinarlo. No sólo los musulmanes estaban liberando esclavos sino que invitaban a la gente a no obedecer más a los poderosos.
El Islam también nos enseña que nuestros gobernantes están obligados a obedecer a Allah y que no hemos de obedecerlos en algo que contradiga lo que Allah ha comandado. Que es nuestro derecho y nuestra obligación aconsejarlos y someterlos a la rendición de cuentas de sus actos: a hacerlos responsables.
El Corán en muchos versículos indica que los creyentes tienen un papel activo en la sociedad y en los asuntos que los afectan:
"Oh vosotros que creéis! Sed defensores y abanderados de la justicia, dando testimonio de la verdad por Dios, aunque vaya encontra de vosotros mismos o de vuestros padres o parientes. Ya sean las personas adineradas o pobres, (tened en cuenta) que Allah se encuentra más cerca de ellos (que vosotros y Le atañe más su bienestar" Corán 4:135
Sin embargo no es una instrucción aislada o que esté abrogada por alguna orden a callar. Incluso el profeta Muhammad (saw) también indicó lo esencial que es luchar por el bien en la fe. Es parte de ser musulmán:
Dijo Abu Sa'id Al-Judri: Oí al Mensajero de Alá decir: “Quien de vosotros vea un hecho repudiable, que lo cambie con su mano, si no pudiera entonces que intente cambiarlo con palabras, y si no pudiera, entonces que lo repruebe en su corazón, y esto es lo más débil de la fe”. (Transmitido por Muslim:Abu Zakaria An-Nawawi)
Además en las vidas del profeta Muhammad, de sus compañeros y sus compañeras vemos muchísimos ejemplos de la conducta que tenían ante las injusticias así fueran cometidas por no musulmanes o por incluso sus líderes musulmanes.
El verdadero Islam, como lo vivieron las tres primeras generaciones previene el nepotismo y motiva a los musulmanes a ser activos y a esforzarse en el camino de Allah. Es sólo ahora que desafortunadamente algunas nuevas versiones del Islam han sido puestas a circular precisamente con enseñanzas opuestas a las originales. Sólo es cuestión de querer ver la verdad, de comparar el comportamiento y los veredictos de los líderes y predicadores actuales con áquellos de los sahaba. La verdad sale a la luz: el Islam no es opio para la masas, es liberación.