17/10/11

Evidencias históricas refutan las mentiras sobre el Islam

La mayoría de las descripciones distorsionadas sobre el Islam provienen de la edad Media y de la pluma de autores cristianos. Muchas eran simplemente fantasiosas, como la que decía que Muhammad (saw) había sido un cardenal en Roma que al no haber sido elegido Papa, se había mudado a Arabia para  fundar su propia religión que rivalizara con el catolicismo. En los siglos 14 y 15, nuestro profeta (saw) fue objeto de innumerables acusaciones muy parecidas a las que se le atribuyeron a Arrio, el predicador cristiano que desmentía el concepto de la trinidad y que llamaba a la adoración de un Dios único (y que por supuesto fue perseguido por la Iglesia).
A través de los años obviamente muchas de estas mentiras han tenido que ser sepultadas pues las narraciones de viajeros y los hallazgos de historiadores honestos le han permitido al ser humano superarlas. Sin embargo algunos mitos persisten hasta nuestros días y es importante conocer sus realidades. En su libro “ A short History of Islam” el Dr. S.E. Al-Djazairi presenta una abundante colección de afirmaciones hechas por historiadores no musulmanes que desmienten contundentemente dichas atribuciones maliciosas. Los siguientes párrafos son  extractos traducidos de su libro y  están acompañados por algunas de las referencias bibliográficas  que Al-Djazairi originalmente incluyó.* Las he incluido tal cual para que quien lo desee, pueda comprar dichos libros y leer los originales. Alhamdulilah ahora con internet es más fácil adquirirlos desde casi cualquier lugar. Los subtítulos son míos.
El Islam es extremista
Muchas descripciones que se hacen del Islam le atribuyen ser extremista cuando en realidad el Islam rechaza el ascetismo y condena el monacato (7:27).  En cambio, el Islam promueve que los musulmanes disfruten los placeres de la vida con buena consciencia pero con moderación.(1) El matrimonio es  el estado natural del hombre.(2) El profeta (saw) repetidamente afirmó que él era un predicador cuya misión era la regeneración y la felicidad de la humanidad. De hecho el Islam es el perfecto vehículo de la felicidad. Comentadores tan distantes el uno del otro como Al-Afgani (d.1897) y Heykal (1888-) han remarcado la capacidad única del Islam para producir felicidad. (4)
Y en cuanto a libertad, los juristas han arribado a una doble conclusión:
1)      La libertad alcanza sus límites en su propia naturaleza, porque la libertad ilimitada sólo significaría auto destrucción y ese límite o frontera es la norma legal o ley.
2)      No existen un límite que sea arbitrario, porque éstos están determinados por su utilidad o por el mayor beneficio que le proporcionen al individuo o a la sociedad. La utilidad, que es la fundación de la ley, traza también sus fronteras y su extensión. (5)

El Islam es ignorancia
También se ha dicho ampliamente que el Islam es el enemigo del aprendizaje y la ciencia. Por ejemplo, el filósofo del siglo 18, Diderot, clamaba que el profeta (saw) había sido el peor enemigo de la razón; que no sabía ni leer ni escribir y que por lo tanto motivaba a los musulmanes a ser hostiles con aquélla y a tener desprecio por el conocimiento, y que esto había asegurado la supervivencia de Islam.(6)
Sin embargo, como Davenport acertadamente señala en respuesta a la afirmación estereotipada de que Islam es en el presente el enemigo de la ciencia y de las letras, “se ha observado que hasta ahora y desde el inicio, la verdad es que el Islam ha rebasado la iluminación de nuestros tiempos al hacer de la educación una ley fundamental. Estipula que cada niño debe ser puesto en la escuela al cumplir los 5 años; y que es el deber del Estado instruir al ciudadano para que así éste pueda entender las leyes que tiene que obedecer mientras que es obligación de la familia enseñarle al niño un medio de subsistencia. (7) Enormes logros ha conseguido el Islam en ciencia y civilización que también coincidieron con la cima del poder islámico: de los siglos séptimo al décimo tercero y fue el Islam el que sacó al occidente cristiano del barbarismo. (8)
El Islam fue propagado con la espada.
Es una percepción generalizada la de que el Islam se expandió a través del uso de la espada. También es común que hoy en día el Islam y  los musulmanes sean asociados con la violencia y el terror. Sin embargo no hay nada en el Islam que los promueva pues además deriva su nombre de la palabra “salaam” (paz) además de que hace énfasis en la inviolabilidad de la vida humana. Matar a un inocente cancela cualquier buena acción. En el Islam la única violencia permitida es la que se realiza en defensa propia. Davenport dedica todo un excelente capítulo a este asunto.(9). Él  cita como evidencia la garantía que el Profeta (saw) concedió a los monjes del Monte Sinai y a los cristianos en general que estipulaba lo siguiente:
‘Artículo IX: Y los que viven de manera tranquila y solitaria en las montañas, están libres del pago de impuestos ni regalías por sus ingresos, ni los musulmanes tiene derecho sobre sus pertenencias pues ellos sólo trabajan para sostenerse así mismos.
Artículo XI: Ni ahora ni en el futuro podrán ser expulsados de sus viviendas ni ser obligados a participar en guerra alguna, ni siquiera se les podrá exigir algún tipo de impuesto.
Artículo XIII. No molesten a quienes tienen veneración por los libros que han sido enviados por Allah, en cambio de manera amable, denles de las cosas buenas que ustedes tengan, conversen con ellos y prevengan que otros los molesten.’ En tres de dieciocho artículos el profeta (saw) advierte a los que pudieran romper este convenio como en el artículo XVI que dice: ‘Quien actúe de manera contraria a lo que he estipulado, o le dé autoridad a algo que me contradiga, en verdad se vuelve un apóstata de Allah y de su mensajero porque esta es la protección que yo he concedido de acuerdo con esta promesa’.
Luego en el artículo XVII dice: Y así ordeno que ninguno de mi nación intente o actúe de manera contraria a esta promesa hasta el fin del mundo. (10) Más aún  como Scott  insiste, la fuerza por sí sola no hubiera sido suficiente para que los musulmanes que son presentados como “hordas de  salvajes” sin la costumbre de emprender acciones organizadas o impacientes con la disciplina militar, superaran a tres grandes imperios en menos de un siglo (11).
El método del Islam fue inculcar sus principios a través de argumentación y no provocando oposición por medio de insultos. (12) La llegada del Islam fue de hecho vista por aquellos que vivían en sus territorios como una liberación, nunca como una amenaza a sus religiones, incluso por los cristianos que creyeron en el mensaje del Islam. (13)
Los actos de violencia perpetuados por los musulmanes han sido mínimos a través de la historia. No han existido casos de genocidios en contra de ninguna raza ni de opresión cometida por alguna entidad islámica. Esto no quiere decir que los musulmanes siempre actúen de la mejor manera. Lejos de eso, sin embargo como Jameelah resume:
“A pesar de todas las imperfecciones, las cuales además son inevitables en un mundo imperfecto, la sociedad musulmana tradicional a lo largo de los siglos se mantuvo libre de las maldiciones del nacionalismo, del imperialismo, de los conflictos entre clases, de discriminación racial,  de inquisiciones, de cacería de herejes, de tortura rutinaria de guerra y de prisioneros políticos, de enfrentamientos sangrientos entre sectas, de sexo fuera del matrimonio en grandes cantidades, de hijos ilegítimos o de adicción alcohólica que sin embargo si han ensombrecido a la civilización cristiana. (14)
El Islam es intolerante
Otro mito es el de la “intolerancia islámica”,  refutado por ambos, el mensaje coránico y la realidad histórica. El Corán prohíbe el debate con la gente del libro (judíos y cristianos) a menos que se lleve a cabo de la mejor manera y le pide a los musulmanes decir:
“Creemos en lo que nos ha sido descendido y en lo que ha sido descendido a vosotros, y vuestro Dios y nuestro Dios es uno y el mismo. Somos musulmanes sometidos a Él” (29:46)  Allah se dirige a los musulmanes, a los judíos y a los cristianos con las siguientes palabras: “A cada nación de vosotros le hemos dado una legislación propia y una guía. Y si Allah hubiera querido habría hecho de vosotros una sola nación, pero quiso probaros con lo que os designó. Apresuraos a realizar buenas obras. Compareceréis ante Allah, y Él os informará acerca de lo que discrepabais.” (5:48). Además el Corán le permite a los musulmanes comer de la carne de la gente del libro y casarse con sus mujeres (5:5).
A lo largo de la historia, bajo el Islam, judíos y cristianos pudieron practicar su fe, mantener sus leyes y elegir sus propios jueces. (15). Casi mil años más tarde, Glubb señala, la gente en Europa seguía siendo torturada y quemada viva por su fe. Mientras que en general, los Otomanos continuaron la política de tolerancia religiosa que heredaron de los árabes.(16). Durante los siglos de presencia musulmana en el sur de Europa no hubo interferencia con las religiones existentes. No se designaron condes para gobernar y oprimir a los conquistados: “no hubo prelados indignos que fueran concedidos a los ricos como producto de intrigas y corrupción”  como afirma Scott. (17) La población cristiana estaba segura en la protección de sus propias leyes y disfrutaban de sus privilegios religiosos de antaño; la única restricción que tenían era la de mostrar respeto hacia las instituciones de sus protectores y el pago regular de un tributo; todos los actos de violencia y opresión eran castigados. (18) Según Scott, el Islam tenía ‘una idea sobre la deidad tan simple, y sin embargo tan completa, que ninguna mente por más intolerante que fuera, podría rechazar conscientemente; y que además amoldó en un sistema armonioso los toscos intereses de razas antagónicas, y gracias a sus máximas de tolerancia’ (19).
La benevolencia es encomendada por el Profeta como la primera de todas las virtudes: una bondad que alcance a todas las creaturas. “A toda la naturaleza silvestre”, escribe Miss Pardoe (en su libro City of the Sultan) “los turcos no sólo eran misericordiosos, eran además amigos diligentes; al grado de que tienen tanta misericordia hacia los animales más inferiores que no matan a un borrego que no ha sido destetado para no causar sufrimiento innecesario en la madre; y en una ocasión un cazador deportivo inglés quien en una ocasión, luego de no haber tenido éxito en la persecución de su presa,  antes de desembarcar de su caique le disparó a una gaviota que volaba por arriba de su cabeza, fue reprochado por sus remeros con tanto horror y énfasis como si hubiera cometido un homicidio.” (20)

Bajo el Islam, sin importar la raza, el estatus, la etnia, los individuos gozaron de derechos sin paralelo en otros lados o incluso en nuestros  días. El profeta (saw) recibió la visita de un hombre proveniente de Abisinia que  le preguntó lo siguiente: “ustedes los árabes nos rebasan en cada aspecto, tienen mejor forma y mejor color; incluso un profeta ha surgido de entre ustedes. Ahora bien, ¿si yo creyera en tu misión me ganaría un lugar en el paraíso al lado de los creyentes árabes? Sí, le aseguró el profeta (saw):  “y la piel negra del abisinio propagará esplendor a una distancia de mil años”. (21)
La descendencia de una madre negra y un padre blanco fue admitida con total igualdad; y los negros no fueron excluidos de los altos  puestos oficiales en ninguna parte del dominio islámico. Del 946 al 968, Egipto fue gobernado por Kafur, un hombre negro que había nacido siendo esclavo.(22) Las aristocracias mamelucas de ex esclavos  turcos y circasianos, por muchas generaciones gobernaron de facto a Bagdad y gobernaron de jure en Egipto.(23) Islam también permite el matrimonio con las mujeres esclavas, y reconoce como legítima a la descendencia de tales uniones, y así elevó a muchos de los hijos de esas uniones dentro de las más célebres familias de la aristocracia islámica. Sólo tres de los califas abasidas fueron hijos de madres no esclavas, y todos ellos pertenecieron al periodo del siglo octavo (el primer siglo de la dinastía abasida). (24) Bajo el gobierno de Al Mahdi, ambos líderes de los departamentos de Bagdad y los gobernadores de las provincias solían ser esclavos liberados de la familia Abasí. (25)
A pesar de todos estos hechos, las deliberadas tergiversaciones del Islam continúan incluso hoy día. Esto es señalado por Vitkus quien dice: “desafortunadamente, la demonización del Islam y la mal entendida sociedad islámica y la religión de la que trata este ensayo, persiste aún en la actualidad en la dominante ideología de occidente. En la actualidad, muchos de los estereotipos descritos antes continúan moldeando la imagen del Islam que es producida por los medios de comunicación en Norte América, Europa, y otras partes del mundo. (26) Si examinamos en particular, la representación estadounidense del Islam en los medios masivos periodísticos durante los últimos 10 -15 años, encontraremos abundantes evidencias de una ininterrumpida tradición que muestra a los musulmanes como violentos, crueles, iracundos, lujuriosos y más. Con el fin de la Guerra Fría, Estados Unidos necesitaba un nuevo enemigo inventado que sirviera como una supuesta amenaza externa; y quizás esto explica el reciente resurgimiento de imaginería anti-islámica, un resurgimiento que se abastece de una abundante tradición de demonización anti-islámica que inició en la Edad Media y que adquirió algunas de sus características actuales en los siglos 16 y 17. (27)


* S.E. Al-Djazairi: A Short History of Islam; The Institute of Islamic History; Manchester; 2006. P. 82-88.
1.W.Durant: The Age of Faith; op cit; p.214
2.J.W. Draper: A History of the Intellectual Development of Europe; op cit; p.331
3.S.P. Scott: History of the Moorish Empire; op cit; Vol 1;p.96.
4.G.E. Von Grunebaum: Medieval Islam; op cit; p.233.
5. D. de Santillana, en The Legacy of Islam, ed. Sir T. W. Arnold and A. Guillaume; Oxford, 1931; p.292
6.D. Diderot: Oeuvres Completes; Vol VIII, Paris; 1975; p.230
7. J. Davenport: An Apology; op cit; p. 95
8. S.E. Al-Djazairi: The Hidden Debt to Islamic Civilisation; Bayt al Hikma; Manchester; 2005.
9. Davenport: An Apology; op cit; p. 140-150
10. Ibid.
11.S. P. Scott: History of the Moorish Empire; op cit; Vol 1;p.95.
12.Ibid.
13. C. Cahen: l’Acceuil des Cretiens a l’Islam, en Revue d’Histoire des Religions, 1963.
14.M. Jameelah: Islam and Orientalism; M.Y. Khan and Sons; Lahore; 1981; p.49.
15. J. Glubb: A Short History; op cit; p.251
16. Ibid.
17. S. P. Scott: History; op cit
18. Ibid; vol 1; p.270.
19. Ibid; p.96
20.Extracts from A. Ubbicini: La Turquie Actuelle; 1855. P.78
21. Slighthly abridged from I. Goldhizer, Muhammedan Studies: ed and tr. By S.M. Steern; London; allen and Uniwin; 1971, I.74.
22. G. E. Von Grunebaum: Medieval Islam; op cit; p.210.
23. Ibid; p.177.
24. Ibid; p. 202
25. J. Glubb:  A Short History; op cit; p.99
26. See J. Esposito: The Islamic Threat: Myth and Reality; Oxford; 1992.
27.D.J. Vitkus: Early Modern Orientalism: Representations of Islam in 16th and 17th century Europe; In Western Views of Islam in Medieval and Early Modern Europe; Edited by D.R. Blanks and M. Frassetto; St Martin’s Press; New York; 1999; pp. 207-30; p.226.