30/10/11

Un lúcido ejemplo de un corazón libre de falsedad y envidia

Anas Ibn Malik narró: “Un día estábamos sentados con el profeta (saw). Luego de un rato, él dijo: ‘ahora vendrá alguien de la gente del paraíso’. Uno de los Ansar (auxiliadores) vino. Gotas del agua de su ablución venían cayendo de su barba. Venía sosteniendo sus zapatos en su mano izquierda. Al siguiente día, el mensajero de Allah (saw) dijo las mismas palabras y el mismo hombre llegó.
Al tercer día, cuando el mensajero de Allah (saw) dejó la congregación y el grupo se dispersó, Abdullah ibn Amr ibn As siguió a dicho hombre y le dijo “discutí con mi padre y le dije que no vendría a casa por tres días. Me puedes hospedar en tu casa por ese tiempo”? el hombre aceptó.
Abdullah más tarde nos contó: “Me quedé tres noches en la casa de este hombre. No se levantó en la noche a rezar ni siquiera una vez. Se durmió hasta la hora del fajr. Sólo dijo el nombre de Allah y lo glorificó mientras se daba vueltas en la cama.No lo escuché decir malas palabras. Al termino de las tres noches, le dije: ‘no discutí con mi padre. En tres días consecutivos el mensajero de Allah estuvo diciendo: ‘ahora vendrá alguien de la  gente del paraíso’ y cada vez el que llegó fuiste tú. Por eso quería ser tu huésped para ver las buenas obras que tú haces y así poder hacerlas yo mismo. Sin embargo no ví nada extraordinario  en tus actos de adoración. ¿Cómo entonces alcanzaste  ese grado que el mensajero de Allah nos dijo que conseguiste?
El hombre dijo: ‘No tengo más actos de adoración más que los que viste’. Cuando lo dejé y emprendí el camino, él me llamo desde atrás: ‘te he dicho la verdad, no tengo más actos de adoración. Pero no tengo sentimientos de deshonestidad, de odio, malicia ni de envidia en contra de ningún musulmán’. A esto dije: ‘eso es lo que te ha elevado a tal rango’ ”.
Kusçular, Remzi. Cleanliness in Islam. A comprehensive guide to tahara. P.137-138. The Light. Izmir. 2007