19/9/11

El doble filo de la ira de la ummah

Los primeros musulmanes sufrieron mucha persecución, tortura y hasta agresiones militares por parte de los politeístas incluso ya cuando se habían establecido en Medina.  Lo importante para nosotros es conocer y rescatar la forma en la que ellos basados en el  Corán y la sunnah, respondían a dichos ataques. En muchos incidentes podemos ver que ponían mucho cuidado en actuar según las palabras del profeta Muhammad (Sallu Alaihi Wasallam)  quien dijo: “Ciertamente las buenas obras dependen de las intenciones , y cada hombre tendrá según su intención…” (1) .  
Un ejemplo de esto lo podemos ver en la batalla del foso (Jandaq) en la que un ejército enemigo que triplicaba en tamaño la defensa de los musulmanes  rodeaba  la ciudad de Medina. Llevaban así en esta situación varios días cuando Ali  ibn Tali (radi Allah anhu) dio un claro ejemplo de piedad y sinceridad. Los musulmanes habían cavado un foso para impedir el paso de los incrédulos y cada vez que alguien se acercaba era atacado con una lluvia de flechas. Esto, el sol y la escasez de alimentos comenzaron a frustrar a ambas partes pero del ejército enemigo surgió  muy enojado Amr Ibn Abdu Wud, un guerrero muy  temible por su fortaleza, gran tamaño y fama de invencible. A gritos y muy enfurecido pidió alguien para pelear. Ante el reto, los musulmanes permanecieron en silencio lo cual provocó que el incrédulo y los Quraish comenzaran a burlarse de ellos. Ali ibn Talib (ra) le pidió al profeta Muhammad (saw) que le dejara ir a enfrentarlo y éste sólo se lo permitió luego de que se lo pidiera tres veces.  Entonces le dio su famosa espada Zulfiqar e hizo una duah por él. Cuando Ali (ra) llegó hasta Amr Ibn Abdu Wud, aunque éste lo miró con desprecio, lo invitó nuevamente al Islam y luego de que aquél lo rechazara se entregaron en un combate físico a muerte. Ali (ra) dejó la espada y el escudo en el suelo para arrojarse como misil sobre este enorme hombre al que logró sacar de su balance y tiró al suelo. Ahora yacía ahí tirado a la vista de ambos ejércitos y Ali (ra) sentado en su pecho. Esta humillación para un hombre con fama de invencible, sólo lo enfureció más. Ali (ra) entonces le dijo gentilmente  “Oh Amr, entérate que la victoria y la derrota dependen sólo de la voluntad de Allah (subhanahu wa ta’ala):  ¡acepta el Islam! Esto no sólo te salvará la vida, sino que también disfrutarás de las bendiciones de Allah (swt) en ésta y en la próxima vida” Ali (ra) jaló de su muñequera su filosa  daga y la acercó a la garganta de Amr.  Esto fue demasiado para el orgullo de un guerrero como Amr que no estaba dispuesto a salvar la vida y vivir bajo la sombre de la derrota. Prefirió buscar la gloria en la pelea así que decidió rechazar la oferta de Ali (ra) esta vez escupiéndole en la cara. Amr obviamente esperaba la reacción violenta de Ali (ra) que sin embargo lo asombró a él y a todos los presentes con su respuesta. Ali (ra) se levantó tranquilamente del pecho de Amr, se limpió la cara y se paró a unos pasos de él mirándolo solemnemente y le dijo: “entérate oh Amr que yo sólo mató por la causa de Allah (swt) y no por motivos personales. Dado que me escupiste en la cara, si te mato ahora podría ser más por un deseo personal de venganza así que te perdono la vida, levántate y regresa a tu gente”.(2)
Aunque momentos después cuando Amr volvió a atacar con la espada a Ali (ra), éste terminó matándolo, este episodio es un recordatorio de que debemos someter nuestras emociones a lo que es más importante en nuestras vidas. Como musulmanes no luchamos por gloria personal, por venganza y ni siquiera por un beneficio mundano, sino que lo hacemos por Allah (swt).  Ahora que  la convulsión  política que se está viviendo en el mundo musulmán refleja que la ummah quiere recuperar su dignidad es  sin embargo, no sólo  la ocasión para liberarse de la opresión de occidente sino sobre todo la ocasión para luchar por el paraíso. Antes como  ahora los musulmanes debemos estar alerta en todo momento que esta vida está llena de pruebas. La necesidad imperante de conseguir la libertad y la justicia nos puede “calentar” la cabeza y  “entorpecer” el juicio. Nos puede llevar a cometer shirk o incluso a cometer injusticias en contra de personas inocentes. No canalizar nuestra ira y nuestras emociones como nos lo enseña el Islam puede perjudicar a la yihad y a la dawah también. Aunque la guía la concede Allah (swt) nosotros seguimos siendo responsables por nuestros  actos ya que Allah (swt) nos comandó:

"Convoca al sendero de tu Señor con sabiduría y bellas palabras. Arguméntales de la mejor manera. Tu señor sabe bien quién se extravía de Su camino y quien sigue la guía“  (16:125)

Sin embargo el enojo de los musulmanes por tantos años de colonización ideológica y económica por parte de occidente a través de sus despóticos títeres es también compartido por los musulmanes que han crecido en occidente.  Todos los que  comprenden que la hermandad es parte de la fe, están reaccionando  a la trágica condición en la que se encuentra la ummah.  La frustración y la solidaridad, se está manifestando de diferentes formas.  
Ya muchos musulmanes, basándose en el conocimiento del Corán y la sunnah, han entendido  que la opresión de occidente no es sino la  consecuencia  del abandono  de los valores islámicos y la sistemática transgresión a las leyes de Allah (swt). Otros  mientras tanto, entienden dicha realidad desde una perspectiva meramente geopolítica  que al menos  les ha permitido identificar los diversos actores políticos y sus agendas globales. Y por otro lado, los hay quienes simplemente perciben injusticia, opresión y corrupción local. Incluso hay muchos que aún creen que la intervención de agentes externos que no siguen ni el Corán ni la sunnah, es necesaria y permitida en el Islam. (ONU, NATO, Liga árabe, etc).
Cualquiera que sea la manera en la que esta recuperación de la conciencia islámica se esté viviendo por cada individuo, está definiendo la dinámica de  las relaciones personales así como  la cohesión de la comunidad en general.  Como es de esperarse entre individuos que han sido privados de una profunda educación islámica  y que  por otro lado han sido constantemente humillados,  la frustración y los sentimientos de impotencia pueden ser más abrumadores que para quienes están en occidente y viviendo con menos presión.  InshaAllah antes de pelearnos entre nosotros mismos por la manera en la que intentamos arreglar nuestros problemas tomemos esto en cuenta. Que las condiciones en las que vivimos unos y otros y que el acceso al conocimiento islámico ha sido diferente y que sin embargo todos queremos ir al paraíso. Que ningún musulmán  en “sus cinco sentidos” escoge el camino erróneo de manera deliberada. Y que en todo caso pelearnos entre nosotros sólo complace al Shaytan y fortalece al enemigo.
También es importante tener en cuenta que el Islam nos comanda observar diferentes deberes y que dependiendo de donde uno viva y las posibilidades que uno tenga, las responsabilidades son diferentes. No es coherente con las enseñanzas del Islam que quienes alhamdulilah van a pelear con los muyahidines desprecien a quienes se queden a trabajar arduamente en la dawah en los países de los incrédulos o a quienes se dedican a la búsqueda del conocimiento. El trabajo de cada cual es indispensable y está regulado por la sharia. El enojo hay que encausarlo a los hipócritas y a nuestros enemigos, no a quienes buscan lo mismo que nosotros. Lo importante es que cada uno se involucre en los asuntos de la ummah como lo hicieron los primeros musulmanes, incluyendo a las mujeres.  Y que el involucramiento vaya más allá de simplemente hacer duah por los muyahidines o mandar limosnas a Palestina. Evidentemente no fue a base de súplicas ni caridad exclusivamente como los musulmanes de las primeras tres generaciones lograron elevar la palabra de Allah (swt) por encima de la incredulidad y el  politeísmo. El esfuerzo físico fue clave. InshaAllah   que cada día sean más los que se cansen de vivir en obediencia al tagut (3) y los que quieran  eliminar el shirk de sus vidas. Y que nuestra ira sea el motor del cambio de manera que nos acerque al éxito terrenal  y  sobre todo al éxito en la vida que sigue.  Que Allah (swt) nos ayude a ser menos reaccionarios, menos iracundos, más productivos, más entregados y más organizados. Amin. 
Relató Abu Huraira, (ru) los siguientesdos  hadices del mensajero de Allah (saw), que un hombre vino a ver al Mensajero de Allah (saw)  y le dijo: “Dame un consejo”. Le dijo: “No te enojes”. Y volvió a pedir un consejo tres veces y tres veces le respondió el Profeta: “No te enojes”. ( Bujari)

Muhammad (saw)  dijo: “No es fuerte él que es capaz de tumbar a otro, sino que el fuerte es el que es capaz de controlarse a sí mismo cuando está enojado”. (Bujari y Muslim).



(1) Bujari y Muslim
(2) Extractos del libro “Sword of Allah (swt): Khalid Ibn al Waleed. His life and campaigns”  escrito por A.I. Akram y basado en los trabajos de Ibn Hisham y otros. Capítulo 4.
(3) ¿Qué es el tagut y cómo identificarlo?

SAW sallAllahu alaihi wasallam ( la paz y las bendiciones sean con él)
RA radiAllahu anha (que Allah  esté complacido con ella)
RU  radi Allahu anhu  (que Allah  esté complacido con él )
SWT subhanahu wa ta’ala (glorificado y elevado sea Él)