1/9/11

La inteligencia entre los musulmanes

Esta nota es de hecho una nota “hechiza”, está armada con recortes de un par de artículos que por ahí encontré recientemente y mis comentarios a lo largo del camino.

Aunque no logra representar al 100% los mecanismos de infiltración que el gobierno español emprende en las comunidades musulmanas, al menos si nos proporciona un panorama general de sus actividades y de sus objetivos.

Sin embargo antes de entrar en materia bien vale la pena “traducir” a un lenguaje más relevante para nosotros los musulmanes, los términos e ideas planteadas por los autores no musulmanes.

Usan por ejemplo con mucha frecuencia el término terrorismo, que más allá de las manipulaciones mediáticas no es otra cosa que simple y llana insurgencia. A veces la insurgencia es real y legítima como en el caso de los iraquíes o de los palestinos que buscan expulsar a los extranjeros de sus tierras y otras veces es simplemente una puesta en escena para justificar la intervención y saqueo en ultramar. Éste último terrorismo es el que se planea y ejecuta al mismísimo estilo del “inside job” americano como en el caso del 9 de septiembre. Sin embargo, y por razones obvias los autores no musulmanes no hacen tal diferenciación.

La palabra yihad también es popular en los renglones de los documentos de inteligencia en los cuales se le ve enfundada en un saco de connotaciones todas negativas con la intención de desprestigiar los movimientos legítimos de insurgencia y liberación.

Y de ahí también deriva el igualmente favorito yihadistas que no son otros sino los legítimos insurgentes quienes cansados de laicismo, opresión e intervención buscan ejercer su derecho a escoger libremente el  sistema de gobierno que más les convence, o sea el del Islam.

En cuanto a la red global de terror fundamentalista a la que se refieren los agentes de inteligencia pues no es otra más que la ummah del profeta Muhammad (saw) compuesta por creyentes sinceros que prefieren el din del Islam por encima del din capitalista.

Claro que en un giro retórico con ánimos de intimidar, en lugar de usar el término musulmán ellos prefieren llamar “yihadista” a todo aquel que despierte su paranoia imperialista. Y lo mismo pasa con la monserga del estado fallido o estado desviado que es simplemente aquél cuyo gobierno enfrenta la oposición de una mayoría cansada de la democracia, monarquía o dictadura vigente según sea el caso; y que por su afán de liberarse de sus corruptos gobernantes que trabajan para el imperio, ponen en riesgo las ambiciones geopolíticas de occidente.

Centro Nacional de Inteligencia

Las siguientes son las palabras del Secretario de Estado Director en  turno durante el año 2008 acerca de la estructura, recursos y metodología de dicha organización.

“El Centro Nacional de Inteligencia también se ha adaptado a los nuevos desafíos en el ámbito del contraterrorismo, tal vez con un mayor nivel de exigencia si cabe, debido a la experiencia sufrida del 11 de marzo de 2004, y que se ha centrado fundamentalmente en los siguientes ámbitos:

En primer lugar, esta creciente amenaza del terrorismo internacional, llevó en su momento a una serie de cambios en la estructura del Centro, que respondiera a la necesidad de ser capaces de responder con oportunidad y eficacia a las cada vez mayores demandas externas, y por otro lado poder afrontar nuestras propias necesidades internas de carácter organizativo.

Con ello pretendimos, en su momento, llegar a ser capaces de planificar nuestro futuro con perspectiva, con capacidad de proyección y con anticipación. Nuestro afán es ser una organización más fuerte y dotarnos de una mayor seguridad.”

“A continuación, fue necesario reforzar los Departamentos dedicados al terrorismo. Tanto en el CNI como en el resto de los Servicios de Inteligencia occidentales, se ha hecho un gran esfuerzo en el ámbito de personal, en el reclutamiento y asignación de personal para el seguimiento de este fenómeno.

En este sentido, desde el año 2004 las Unidades responsables de la lucha contraterrorista en el CNI han visto aumentadas sus plantillas de forma significativa.

Concretamente hemos venido creciendo en torno a las 250 personas por año, de forma que con el aumento conseguido hasta el año 2007, podemos hablar de un crecimiento en torno al 50%.

Igualmente hemos conseguido materializar nuestra presencia en Organismos Supranacionales que tienen como objetivo la lucha contra el terrorismo.”

 “De forma complementaria, se apreció la necesidad de realizar un gran esfuerzo en formación específica del personal dedicado a esta tarea. Los miembros de la Yihad Internacional se mueven en un entorno cultural, lingüístico y religioso diferente al nuestro, y eso dificultaba en gran medida el seguimiento de sus actividades.

Para afrontar este problema, el CNI considera de gran importancia la formación continua de su personal en el conocimiento del Islam y de la cultura de los países musulmanes de nuestro entorno, y la adaptación permanente a las circunstancias operativas y al nivel de amenaza que se presenta en cada momento.

El reclutamiento de personas con perfiles lingüísticos especiales, que incluye el dominio no sólo del árabe, sino de los dialectos más utilizados por los miembros de la Yihad Internacional, ha constituido también un objetivo no sólo del CNI, sino también de todos los Servicios de Inteligencia occidentales.

El reclutamiento de personas con perfiles lingüísticos especiales, que incluye el dominio no sólo del árabe, sino de los dialectos más utilizados por los miembros de la Yihad Internacional, ha constituido también un objetivo no sólo del CNI, sino también de todos los Servicios de Inteligencia occidentales.


La principal amenaza al orden internacional en la actualidad no se radica (sic) además en otro poder conocido, o en un Estado “desviado”, o en algún lugar del mundo desarrollado, sino en una red global de terror fundamentalista, especialmente si alguno de los distintos grupos logra hacerse con armas químicas, bacteriológicas o de destrucción masiva.

 
Se trata de realizar un trabajo discreto y en la sombra, que no suele llegar a la opinión pública ni a las páginas de los periódicos, y además así debe ser, pero para el que ayuda mucho saber que se cuenta con el respaldo de la sociedad a cuyo bienestar y defensa intentamos contribuir. “ Aquí termina.

…”Un trabajo discreto y en la sombra” bien dicho señor SED, de hecho me pregunto a quién le rinde cuentas el CNI, si acaso hay transparencia en la forma en la que opera y si sus prácticas conforman con los ideales democráticos de la libertad de expresión, libertad de culto o ya por lo menos con los así llamados “derechos humanos”. Los musulmanes no esperamos que actúen conforme a  la ley islámica, pero como contribuyentes sí que esperamos que  lo hagan conforme a los principios que dicen defender. Es un asunto de coherencia además de que a nadie le gusta financiar a su propio verdugo.

También llama la atención lo que el SED mencionó sobre el crecimiento de la organización pues desde que este mundo se ha visto “amenazado” por el terrorismo a los gobiernos sólo se les ha ocurrido favorecer más a las industrias de seguridad y de armamento en detrimento de otros sectores del gasto público. Lo que habría que averiguar es quién se beneficia directamente con el “auge” de dichas industrias. En Estados Unidos se ha descubierto que es una oligarquía cuyos miembros son contratistas  ¡ y políticos a la vez! ¿Será posible que a los no musulmanes también les interesen estos temas? Pues ya podemos ayudarlos a desenmascarar a su propio sistema.



La inteligencia humana y el terrorismo yihadista

Con el título del siguiente artículo comienzo la segunda y última parte, aunque exista mucho más información que compartir.

Por cierto que lo que viene a continuación “aterriza” las ideas expuestas anteriormente con mayor detalle. Lo escribió Javier Jordán quien entre otras cosas al momento de publicarlo se ostentaba como editor en jefe del sitio web “Jihad Monitor”. ¿Se necesita decir más?

"LA INTELIGENCIA HA SIDO TRADICIONALMENTE un elemento clave en la lucha antiterrorista. Pero en el caso del terrorismo yihadista, y especialmente en el de los grupos que actúan en Europa o Estados Unidos, su importancia es aún mayor, ya que los yihadistas instrumentalizan la presencia de amplias comunidades islámicas, en su mayoría de procedencia inmigrante, para pasar desapercibidos y reclutar nuevos simpatizantes.

En dicho contexto las actividades antiterroristas deben contar con una inteligencia de calidad que les permita discernir con precisión entre la ínfima minoría de radicales y la inmensa mayoría de pacíficos creyentes. De lo contrario, unas actuaciones policiales indiscriminadas, en razón de convicciones religiosas o de pertenencia a determinada etnia, acabarían provocando una indignante sensación de acoso en el musulmán de a pie y una imagen sospechosa de las comunidades islámicas ante los ojos del resto de la sociedad.

CUATRO CICLOS

Las actividades de inteligencia siguen un ciclo compuesto por una primera fase de dirección o fijación de objetivos; una segunda de obtención de información; una tercera de elaboración y análisis de la misma; y una cuarta de difusión del producto resultante, es decir, de la inteligencia. En la fase de obtención se utilizan diversos sistemas de captación de información a través de imágenes (IMINT), trazado de señales electrónicas (SIGINT), explotación de fuentes abiertas (OSINT), fuentes humanas (HUMINT), etc.

En este análisis vamos a detenernos brevemente en la HUMINT, la inteligencia humana, en materia de lucha contra el terrorismo yihadista. Y, concretamente nos centraremos sólo en tres medios que consideramos de particular interés y que denominaremos de la siguiente manera: infiltrados, informadores periféricos y colaboración ciudadana.

UNO: AGENTES O COLABORADORES INFILTRADOS

Una primera fuente de inteligencia humana son los infiltrados. Agentes o colaboradores de los servicios de información policiales o de los servicios de inteligencia estratégica que logran penetrar en la estructura interna de un grupo terrorista. Para ello deben simular que comparten las convicciones radicales del resto de miembros del grupo y, con frecuencia, pertenecer a una etnia de origen similar a la de los otros integrantes. En la breve historia del yihadismo en España, la prensa ha filtrado la existencia de este tipo de fuentes; tal fue el caso del marroquí Abdelkader el Farssaoui (alias Cartagena).

El Farssaoui se hizo pasar por imam radical de un oratorio en Villaverde (Madrid) y, de ese modo, se ganó la confianza y asistió a reuniones privadas del grupo liderado por Serhane Ben Abdelmajid y Mustafa El Maymouni. Un grupo que meses más tarde formaría con otros subgrupos la red terrorista de los atentados del 11 de marzo en Madrid. Farssaoui alertó a la policía de la peligrosidad potencial del grupo de Serhane. Pero al trasladarse a la costa de Granada, y más tarde a Almería, perdió el contacto cercano con los terroristas antes de que éstos comenzaran a planificar los atentados, por lo que no consta que conociera detalles concretos sobre la operación del 11-M.

TRABAJO DE ALTO RIESGO
Las ventajas de los infiltrados son evidentes. Por su situación dentro de los círculos internos del grupo pueden tener acceso a información crítica que permita anticiparse a los terroristas y ayudar a recabar pruebas suficientemente incriminatorias para el juicio posterior (por ejemplo, cuándo y dónde tienen los explosivos).

Sin embargo, los obstáculos con los que se encuentra este sistema de HUMINT son considerables. Por un lado resultan precisas elevadas dosis de valor a la hora de desempeñar un papel que en caso de descubrirse puede poner en peligro la vida del interesado. Al mismo tiempo el infiltrado debe de pasar los controles de seguridad de los yihadistas, que en la medida de sus posibilidades intentarán recabar referencias sobre el nuevo candidato al grupo. En casos extremos el infiltrado también puede ser invitado a participar en actividades delictivas en beneficio del grupo y que, de alguna manera, permitan a los líderes de la red poner a prueba el compromiso del aspirante.

DOS: INFORMADORES PERIFÉRICOS

Se trata de colaboradores habituales de los servicios de información policiales o de inteligencia que por su presencia en determinados ambientes pueden recabar informaciones relativas a los grupos yihadistas.

Como su nombre lo indica, no se trata de infiltrados y, por ello, difícilmente pueden llegar a conocer aspectos altamente sensibles de los planes y actividades de un grupo yihadista. No obstante, este tipo de informadores puede ser de gran utilidad a la hora de descubrir la existencia de una red yihadista, al situar a determinados individuos como integrantes o simpatizantes de la misma.

Como ya señalamos en un análisis anterior, las células locales y las redes de base yihadistas se ven obligadas a relacionarse con la sociedad donde actúan con fines de captación de recursos humanos y materiales. Habitualmente lo hacen a través de redes sociales: salas de oración o determinados movimientos religiosos; lugares de ocio (algunas teterías, restaurantes de comida rápida y propia de ciertos países, gimnasios donde se practican artes marciales; salas de conexión a Internet, etc); redes de delincuencia común; cárceles con internos de origen musulmán; etc.

SILENCIO POR CONVENIENCIA
De este modo, la presencia de informadores periféricos en esos ambientes puede permitir la detección y la acción preventiva sobre redes yihadistas que, de otro modo, difícilmente habrían sido descubiertas. Su existencia también puede generar psicosis de vigilancia y paranoia que autolimite a los yihadistas a la hora de captar recursos en dichos entornos, de modo que se reduzca la operatividad y peligrosidad del grupo.

Sin embargo, los informadores periféricos también tienen sus puntos débiles. Al tratarse de fuentes humanas, la información que transmiten puede estar contaminada por juicios subjetivos que reduzcan o, por el contrario, aumenten desproporcionadamente su entidad real. En algunos casos esa alteración puede darse de manera consciente con el fin de ganar prestigio e interés ante los ojos del agente que los controla y aumentar así la recompensa que reciben a cambio de la información.

En la peor de las situaciones (sobre todo cuando se trata de confidentes inmersos en ambientes delictivos o de dudosa reputación), el informador puede ocultar de manera interesada detalles de actuaciones criminales en las que participa él mismo. Al parecer eso es lo que sucedió con dos de los imputados en la causa del 11-M, José Emilio Suárez Trashorras y Rafa Zuhier. Ambos eran confidentes de las agencias policiales españolas y, presuntamente, ambos decidieron no informar a sus respectivos contactos en la policía y la Guardia Civil sobre una transacción de drogas por explosivos en la que ellos mismos salieron beneficiados económicamente.

La adecuada formación de los agentes encargados del controlar este tipo de fuentes y la correcta comunicación intra e inter agencias policiales pueden contribuir a la reducir este tipo de problemas.

TRES: COLABORACIÓN CIUDADANA

Este último sistema de HUMINT resulta también enormemente interesante a la hora de detectar redes o individuos vinculados al yihadismo. Las informaciones espontáneas y puntuales que proporcionen ciudadanos corrientes: vecinos, viandantes, fieles que asisten a una determinada sala de oración, propietarios de comercios, etc., pueden convertirse en una primera señal de alarma que ayude a dirigir otros sistemas de obtención de información en la dirección adecuada.
Para su correcto aprovechamiento resultan convenientes dos condiciones: por un lado, cierto grado de formación especializada por parte de los agentes que desempeñan tareas de policía de proximidad. Como es lógico, el ciudadano de a pie no va a ponerse en contacto con las unidades de información antiterrorista. Si desean proporcionar alguna información, se la comentarán al policía que pasea todos los días por su calle. Por ese motivo, sería oportuno que esos policías posean algunos conocimientos básicos que les permitan discriminar la información que les llega a través de esa vía"

Conclusiones

Si bien no estaba en mis planes escribir sobre este asunto, me pareció conveniente hacerlo luego de leer diversas impresiones expresadas los musulmanes en las redes sociales y en los foros.

Algunos ignoran el asunto, otros prefieren no involucrarse mientras otros de plano demonizan a cualquiera que parece salirse de la “ortodoxia” islámica.

Sin embargo, más allá de que logremos identificar quien es lo que parece y quien no, el verdadero problema con este tipo de tácticas empleadas por el gobierno es que crea una paranoia entre los musulmanes y hace peligrar la hermandad de la ummah.

Nos hace desconfiar de los otros, traicionarlos  y adoptar actitudes apáticas ante problemas que nos afectan a todos retrasando así su solución. Los que quieren que abandonemos el din o que adoptemos el pseudo-islam que nos proponen saben bien cómo funciona la mente humana y se aprovechan en todo caso de nuestra falta de confianza en Allah.

InshaAllah sus esfuerzos no darán ningún fruto cuando nosotros nos fortalezcamos con el conocimiento adecuado; cuando nos propongamos establecer vínculos más fuertes con los otros musulmanes sin temor a la infiltración y cuando actuemos de manera más racional y responsable.

Y con esto último específicamente quiero decir lo siguiente: pensar antes de hablar, controlando las emociones, actuar con decisión pero pensando a largo plazo. Muhammad (saw) era un estratega, no actuaba movido por la emoción, de hecho nos recomendó no enojarnos. La mejor manera de defender el Islam es con la cabeza fría.


Que cada enemigo es un musulmán en potencia si Allah quiere. Que sólo le tememos a Él, el Señor del día del Juicio. A nosotros nos queda dejar de ser reaccionarios e invitarlos al Islam con sabiduría. Quiera  Allah exaltado sea, que cambie nuestra condición aquí en la Tierra. Amén. 



Fuentes:

http://www.cni.es/comun/recursos/descargas/ev_124.pdf
 
http://spanish.safe-democracy.org/2006/10/18/inteligencia-humana-humint-y-terrorismo/